Alguien que cuando me ponga borracha me lleve a casa en brazos, que me rompa
las medias con la boca y luego me compre otras. Que me haga el amor contra la
pared y luego se meta conmigo en la bañera. Que saque la espada y me defienda
de víboras, pirañas y putas. Alguien que cosa disfraces a mis días malos y los
convierta en buenos. Que no se enfade si no me entiende, ni me entiendo y lo
mareo. Que me saque la lengua cuando me ponga tonta y me haga enmudecer. Que no
dé por hecho que siempre voy a estar ahí, pero que tampoco lo dude. Que no me
haga sufrir porque sí pero que no me venda amor eterno manoseado...
Alguien que no pueda pasear conmigo por la calle sin cogerme de la mano. Que no
me compre con regalos pero que tenga mil detalles de papel. Que no le guste
verme llorar y me haga reír hasta cuando no tengo ganas. Que de vez en cuando
decida perseguirme por los bares y conocerme otra vez. Que me mire, lo mire y
me tiemblen las piernas sin remedio!
Alguien que esté loco por mí, y no se olvide de decírmelo los días de resaca.
Que si se pone animal, sea sólo en la cama, y me mate a besos por la mañana.
Que no se acostumbre a mí y deje de inventar nombres nuevos para despertarme.
Que si mira a otra, luego me guiñé el ojo y se ría de mis celos de hojalata.
Alguien que me cosa a te quieros los labios, mientras yo araño su espalda para
que sepa que sigo aquí, y que nunca me fui...
y sobre todo que no tenga que perderme para darse cuenta de que me ha
encontrado.