sábado, 31 de diciembre de 2011

31 de diciembre de 2011


Hoy, menudo día. Hoy es el día en el que todas las personas se paran a pensar qué quieren para el nuevo año, y que cambiarían del que se escapa de nuestras manos. Hoy las mujeres se ponen vestidos ajustados y se pintan más de la cuenta las pestañas. Sonríen sin cesar y mandan los mejores deseos para el año que comienza. Los hombres escogen la corbata perfecta, pensando si les combinará con los ojos de la mujer que conocerán esta noche. Hoy es un día de esperanza y de tristeza a la vez. Esperanza porque "hoy es siempre todavía, toda la vida es ahora" y más que nunca somos dueños de nuestro destino. Tristeza porque dejamos irse por la ventana todo lo que vivimos este año. Yo me quedo con los desayunos continentales en sitios conocidos y otros desconocidos e increíbles. Con tus besos para desayunar, para cenar, y algún día para merendar. Con todas las calles que conocí de tu mano y las veces que grité desde lo alto de alguna montaña. Creo que hoy necesitaría algo así. Estos días me descolocan y me hacen llorar más de la cuenta. Me quedo con la carretera y África desde el bus y mis ojos perdiéndose por el asfalto, las carreteras interminables que tantas cosas me dicen. Desayunos italianos de tostadas con mermelada, pasta todos los días para comer, me quedo con África en verano, con sus colores que te pintan el corazón. Las calles de Madrid acogiéndonos y las paredes rojas dándonos los buenos días. Descubrir playas desiertas y correr atrapando las olas. Esta ciudad nos quiere, aunque a veces quiera odiarnos. Me quedo con mi música, con las canciones que alegran mis mañanas y entristecen mis noches. Con la gente que está ahí y nunca se irá. Aprendí a sonreír aunque nadie me diera los buenos días y terminé valorando la soledad como algo que me hace crecer por dentro. Un plato en la mesa no está tan mal, aunque me derrumbe una vez cada 40 días. Yo aquí sigo, incansable, soñadora, odiando y amando este día. Por lo que trae, por lo que deja irse. Porque nunca me gustó el bullicio en los bares y ser una más. Me gustaría celebrar este día mirando a las estrellas, pidiéndole a cada una de ellas por los que están a mi lado. O escribiendo cartas con los mejores deseos para los de verdad. Pero bueno, me pondré el vestido, me pintaré la sonrisa e intentaré que me aguante toda la noche.

Feliz día, noche, feliz año que comienza. Os deseo muchas sonrisas, que améis de todo corazón y que la vida os llene de esas casualidades que cambian el mundo.

jueves, 29 de diciembre de 2011

mariposas tristes


Coleccionaba mariposas tristes y nombres de calles que no existen, y le gustaba considerarse una extranjera en tu paladar. El calor trémulo de aquella ciudad recorría sus faldas y sus chaquetas de hombre. La niebla de 1967 se había metido en su mirada y no parecía querer dejar ver al resto de la humanidad el verde de sus ojos. Era mordaz y valiente, le gustaba la sopa recalentada y hacer el amor en el jardín cuando el calor del verano atenazaba su garganta. Rabiaba en su carne el hambre, lo atroz de una herida mal curada, la guerra y el llanto. Y, sin embargo, seguía allí, sacudiéndose las miserias cuando nadie la veía para hacer creer a todos que a ella, a valiente, no la ganaba nadie.
Le gustaba coger su bicicleta voladora, la de color azul ruin, y mirar las nubes desde arriba, para ver que sentían ellas mirando siempre por encima del hombro. Porque abajo, se sentía pequeña e insignificante, menos cuando estaba contigo, claro. Tú la hacías sentirse por encima del suelo, de las nubes y del planeta tierra.
Pero al final huyó, como huyen los animales salvajes cuando intentas apresarlos.
Era un espíritu libre, y ni tu podías cambiar eso.

sábado, 24 de diciembre de 2011

youyouyou me youyouyou


Algunas mañanas como esta, sólo tengo que pintarme los labios con ilusión y dedicarme a matar el tiempo en el pasillo. Dejarme mecer por las olas que invento en la pared del salón y escuchar mi corazón decir bajito: Así, sí. Y juego a luchar contra la tristeza y consigo matarla de un soplido. Todo está en calma. Miro por la ventana y viajo en el tiempo por recuerdos que un día construimos, mano a mano. Las meriendas sin fin, cuyo plato principal eran los besos y como bebida un poco de café. Mi risa incrustada en tus oídos y tu mano acariciándome el pelo. Que ya hemos salido del país tantas veces que deberían de regalarnos los viajes en el tiempo. Si ya sabes la fórmula, amor y ganas de conquistar el universo. Y hay días en los que espero que me sorprendas, "que te distancias, por miedo a perderme, que el barrio es más bonito desde que aparecí" y que en el fondo de tu corazón están todas las ganas del mundo de acercar el infinito. Cierra los ojos, déjate llevar, recuerda mi risa aquel día de verano, nuestras ganas conociéndose y el miedo bien lejos. Olvida, olvida todo lo triste que hoy hace sol y somos eternos. Algunas mañanas como hoy sólo deseo que llegue la noche para devorarte poco a poco. Empezando por el cuello y terminando por quién sabe dónde. Dejar marcas en tu piel para que nunca olvides el color de mis ojos, el tacto de mi piel, mi pelo largo haciendo cosquillas en tu pecho. Susurrándote: "Si se acaba la gasolina, me muero" y esconder en el bolsillo de tu pantalón un papelito que ponga todo lo que quiero hacer contigo. Y amanecer dando gracias a la vida, al cielo azul, al café que nunca nos sale bien pero contigo es el mejor del mundo. Y salir a ver la vida y fijarnos en cada detalle de este mundo que nos rodea construyéndonos un futuro a cada paso que damos. No me importa el tiempo que pasa, el pasado, no me importa que algunos días llueva o haga frío porque te tengo a ti. Que me regalas paraguas para cuándo queramos caminar bajo la lluvia. Bailando bajo la lluvia. O en el salón de mi casa como dos locos, como peonzas enloquecidas. Como dos tontos que saben que cualquier día que pasen juntos es el mejor de sus vidas. Que hemos visto el infinito tan de cerca que ya no tenemos miedo a nada y podemos con todo. Cógete de mi mano, abróchate el cinturón, que ahora mismo sale el avión cuyo destino es el fin del mundo.

24 de diciembre


Angustia frente a la televisión. Galas sin sentido. Felicidad por todas partes menos dentro de mí. El sinsentido de esta fiesta, si Jesús ha nacido a mi me da igual. La cena se enfría y cada vez hay menos gente que crea en esto, todo cambia. Todo. Recuerdo cuando era pequeña y era todo más fácil. El árbol de Navidad muy pequeño, los regalos baratos, la casa pequeña y con ratoncitos en el desván… pero había ilusión. Ahora no queda nada. Ya no sé si lloro por la cebolla o por lo triste de este día. La nostalgia de los que no están, de los abrazos que me gustaría dar y lo lejos que tengo a personas que quiero. Y el teléfono se deshace con una voz a otro lado, la vida cansa, ya nada va a ser lo mismo. Qué triste se antoja el mar, las calles, solitarias, las ventanas con luz. Que frío hace fuera, y como me congelo aquí adentro. He pasado muchas nochebuenas y ninguna cayó en 24 de diciembre. Como pesa la vida cuando pasa. Como duele recordar. Como quema la nostalgia cuando te va quemando y sólo te quedan trocitos de recuerdo que si piensas, ya no tienen ningún sentido. Mirar hacia el fondo del pasillo y verte sólo a ti. Recuerdos al cielo, te mando un ramo de nubes y besos, por aquí todo sigue igual… de triste. Y cada 24 te recuerdo y se me encoge el corazón. Y cada jueves 22 me vuelvo a apoyar en el marco de la puerta sin creerme que te hayas ido, y se vuelve a empapar todo. Por este suelo no hay quien nade, y aún tengo resto de olor a cebolla en mi nariz. Y a ver quién para ahora de llorar.. y qué pasará si me ahogo.

jueves, 15 de diciembre de 2011

amar sin medida


Nunca olvidaría las risas al salir del colegio, los pequeños saltos entre los charcos, cuando lo más importante en la vida era jugar. Quiso toda su vida mantener esa máxima. Jugar y hacer pequeñas promesas, correr cuando le apeteciera y soñar todo el tiempo. Atreverse a cada una de las cosas que pasaban por su cabeza. Saludar a los gatitos por la calle y dedicar sonrisas de dentífrico a desconocidos allá por donde pisara. Le gustaba hacer muecas burlonas en los espejos, a veces sonrisas alargadas y a veces muecas tristes. Había sido una niña toda su vida, incluso ahora lo seguía siendo. En sus armarios guardaba todo lo que encontraba: botones, cordones, horquillas, fotografías rotas, trozos de periódico, pulseras, tornillos, conchas de mar, sueños, cuentos, colores. Se acuerda que hace tiempo le regalaba todo lo que encontraba a alguien, y lo conservaba como si fueran tesoros. No encontro nunca más a nadie que compartiera esa ilusión con ella. Los tesoros pueden estar en todas partes, y no es necesario que reluzcan como el oro. Y algunos de esos tesoros eran las cartas que escribió sin destino, dirigidas a alguien que nunca había estado, ni existido. Dedicadas al amor que le acompañó, a esas noches en las que se quedó sin aliento odiando que llegara la mañana. El invierno le aguaba los sueños y el corazón y a veces llegaba a casa llorando (Se confundían las lágrimas con la lluvia). Amaba noviembre, y enero. En su vida todos los acontecimientos importantes habían sucedido en esos meses. En verano se tumbaba a mirar hacia el cielo, aunque echaba en falta alguna nube, el azul intenso la llegaba a cegar. Recordaba besos de sal, sin sal, entre el agua, soñados con agua de por medio y abrazos llenos de arena. Inmortalizando cada momento para nunca olvidarlo. Le gustaba el café, y tomarlo en buena compañía, aunque la soledad y un buen libro calmaban sus ansias de vivir aceleradamente. No le gustaba la prisa pero no sabía vivir con calma. Le gustaba la calma pero tenía la impresion de que se le escapan los segundos.. Odiaba a los hombres grises, y por eso ya nunca miraba el reloj, para qué. Había creado un lugar mágico, atemporal, donde los recuerdos cobraban vida y podían volver a ocurrir. Tenía magia en sus manos: la magia de los atardeceres, la de los besos fugaces de despedida, los abrazos intensos cuándo crees que se te escapa el alma por los pulmones, la de la última fila del cine, la de las declaraciones a voces, delante del mar o lejos de él, la magia de amar sin medida.

domingo, 11 de diciembre de 2011

o todo, o nada


No sé controlarme, para mí no existe un término medio, no me olvido de alguien en unas semanas, soy de todo o nada. Soy buenísima en pasar de mis problemas, soy buenísima en sonreir para esconder una lágrima y soy buenísima pensando que no vales la pena. Pero tú, tú... eres buenísimo sonriendo, rompiendo mis esquemas con un par de palabras, y yo así no puedo, cuanto más lucho contra esto, más se vuelve contra mí.

sábado, 10 de diciembre de 2011

She will be loved.


Allí estaba ella. Sentada, sola y perdida. Quería huir del tiempo, de la vida. Irse a otros lugares, ver otras lluvias y abrazar otros momentos. Estaba cansada de la rutina, de volver siempre a casa a esconderse bajo las mantas y sobrevivir a cualquier guerra. Necesitaba alguien que la salvara, alguien que la invitara a café y magdalenas. Y es que para ser su héroe no se necesitaba capa, solo salvarla del mundo y de sus garras, y saber hacer bizcochos de naranja. Lo único que ella quería era alguien que la acompañara en su huída, en la carretera, dejando atrás un barrio atascado, un lago estancado, una vida rota, sus diecinueve años, el peso del recuerdo mientras pasaban las luces. Y si el destino la encontraba solo tenía que echar a correr, huir de su vértigo a la vida, ser algo más que el tiempo y esperar a que tú la llevaras a París.

martes, 6 de diciembre de 2011

Nuestras noches


Nuestras noches, que terminan en bares extraños y yo dormida sobre tus piernas de vuelta a casa. Nuestras noches largas y frías, en las que brindamos con un colacao por las noches que vendrán, como dos pequeños seres inocentes que luego se van a la habitación a descubrir sus rincones, a pintarse palabras sobre la espalda. De banda sonora la lluvia y los jadeos, y mis labios tatuados en tu piel. Tienes el invierno en la mirada y me encanta. Me encanta como me besas el cuello y como deslizas tus dedos por mi cuerpo, como si fuera de caramelo y se fuera a romper. Como enciendes las velas una a una, mientras que yo te miro soñando con lo que vendrá después. Y sobre todo como me susurras te quiero, como un secreto, como si yo fuera la única que puede saberlo.
Pero luego te vas, siempre te vas, y yo siempre te espero. A veces tardas demasiado en volver y me gustaría cambiar la distancia por besos. Esta casa está muy sola sin ti, sin un “nosotros”. Te echo de menos desde el sofá, con mi vieja manta y viendo falsas películas de amor, con un chocolate caliente como el que tú me hacías y que ni siquiera bebo, porque me duele el recuerdo.

Vuelve a casa cielo, que el mapa de mi mundo se reduce a tu cuerpo.

¿me suicido o me hago un café?


Una mañana más me levanto, como una autómata, sin pensar, simplemente es la rutina de los días. Miro por la ventana y el olor a café de la vecina se cuela por cada esquina de mi habitación. Ella está leyendo el periódico que anuncia las lluvias de aquí y de allá, las de sus ojos y las de los míos, al fin y al cabo no somos tan distintas. Las dos esperamos a que alguien llegue un día y nos abrace por detrás. A este mundo le faltan abrazos. Y sueños. Su marido nunca la abraza, ella se pone cada día sus vestidos favoritos pensando "esté es el día", pero nunca es el día. Sigue tomándose su amargo café, leyendo un periódico que anuncia desgracias, con su vestido rojo puesto y la nevera vacía, mientras piensa en que hará hoy de comer-lentejas o estofado-.  Las dos estamos solas, con un vestido nuevo y un libro entre las manos. Creyendo que la literatura nos traerá aquello que no tenemos.  Las dos danzamos por la casa esperando que alguien llegue y nos de nuestro abrazo, que llegue un príncipe que nos diga "hoy es el primer día del resto de nuestras vidas" y que nos invite a soñar despiertas. Y la casa dejará de estar tan sola, tan triste, seguimos leyendo, sonriendo. Pero cuando abrimos los ojos y entre tanto baile me percato de mi cama a medio hacer, o a medio deshacer, quien sabe, testigo de insomnios y batallas de madrugada; de los platos aún sin fregar todos apilados en la cocina, esperando (como yo, como la vecina) unas manos que los acaricien y les quiten lo sucio, lo malo; una nevera que, como si fuera una metáfora del corazón, está vacía. Y entre tanto desbarajuste a mi me entran ganas de café. El día sigue nublado. El cartero está metiendo en cada buzón una factura, un sobre de publicidad, y una carta de amor inexistente. Los taxis están esperando algo. Los autobuses nunca esperan a nadie. Hace tiempo que no sacamos las copas del vino- dijiste. Hay poco que celebrar ahora que no nos vemos cada noche. La manta del sofá siempre está arrugada en el sofá y la televisión muda, ese es el salón del que vive en soledad. Del que no tiene invitados, como yo.

sábado, 26 de noviembre de 2011

un secreto, sunpongo

Decían que hacía calor,
pero yo sentía un frío terrible en los huesos.
intenté ver el mundo de otra manera,
pero me pusiera dónde me pusiera
siempre parecía que estaba lejos.
 
Me silbaban los oídos,
intentaban decirse algo a si mismos,
un secreto,
supongo.
 
Luché por el calor,
y sentí tambores.
Curioseé entre la gente,
esa que miraba al frente.
y me sentí otra
mirando en otra dirección.
 

sábado, 19 de noviembre de 2011

El último presidente culé.

Hoy es jornada de reflexión. Ya saben, 24 horas para pensar a quién votamos mañana. O 24 horas para llegar a la conclusión de que mejor no votar a nadie. O para decidir votar en contra de alguien, que de todo hay en el censo del señor. No es mala idea lo del voto en contra. Pero no el tradicional “voto a estos para que no salgan aquellos”. No. Me refiero a una posible papeleta donde se lea “Voto en contra de estos”. Seguro que tendría éxito.
Hoy es ese día tan ochentero en el que algún iluso nostálgico igual todavía se cree que nadie te va a mandar un 'sms' o un 'tweet' donde te solicite impunemente el voto por una formación. Y pensar que no hace tantos años el hecho de colgar un insignificante cartel electoral en plena jornada de reflexión era motivo de multa. Y no sólo de multa, sino también de escarnio público por parte del resto de formaciones políticas por violar las normas del sacrosanto reglamento electoral.
Qué tiempos tan románticos. Qué sencilla y tierna (que diría Serrat) era aquella democracia, cuando te creías que igual si votabas por el cambio podías hasta modificar el rumbo de la historia de tu país.
Y qué entrañable aquel temor que se mascaba cuando se rumoreaba que había ruido de sables en los cuarteles, que anunciaban un inminente golpe de estado...
Ahora nadie te avisa del ruido de sables. Los golpistas han mejorado la fórmula. Yo lo llamaría postgolpismo: más limpio, más higiénico, menos agresivo, más civilizado, hasta más moderno... En el postgolpismo, no hacen falta tenientes coroneles, ni elefantes blancos... Ahora, sin pegar un tiro unos señores te cambian al gobierno, te colocan a un tecnócrata que nadie ha votado, y aplaude toda la comunidad internacional. Igual eso es lo bueno, y yo soy un gilipollas que me estoy cayendo de la parra y descubro de golpe y porrazo que todo lo que me vendieron como democracia es humo. Igual el señor “Mercado” me contestaría: “Humo del puro que yo me fumo”.
En fin. Voy a dedicar la jornada de reflexión a recordar al último político que me ilusionó mínimamente y que también vive ahora sus últimas 24 horas en el poder. Llegó hablando del talante, con buenas maneras, retirando las tropas de un país ocupado ilegalmente, decidido a acabar con el centralismo, a reconocer la España plural, con ganas de aplicar políticas de izquierda y que se atrevió incluso a abrir una negociación con los terroristas para acabar de una vez con las pistolas. ¿Se acuerdan? Yo tampoco.

Los nominados son...
Hay una cosa que dicen que preocupa mucho a los ex presidentes: cómo les juzgará la historia... A mí me gustaría que en alguna de sus biografías se recordase que fue el primer presidente español del Barça. El primero y de momento seguro que el último. Porque mañana elegiremos a otro. No sé cómo será, aunque me voy haciendo una idea. Eso sí, pase lo que pase, sea quien sea, ya no será del Barça. A menos que no se lo manden los mercados.

martes, 15 de noviembre de 2011

lluvia de noviembre


A ras del suelo, más frágil que un beso lanzado al aire en otoño. Desde la madrugada del banco más escondido de la ciudad, en el que ha llovido hoy por la tarde. Donde esta noche han llovido las estrellas sin nosotros, donde desde hace unos cuantos días no llovemos. Ni tú. Ni yo.

domingo, 13 de noviembre de 2011

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- Tu mundo irá mejor sin mí.
+ No sería mi mundo si no estás tú.

Arriésgate


Lo cierto,es que lo que te hace vibrar de pies a cabeza,dura una fracción de segundo.
¿Alguna vez te has tirado a algo sin saber lo que pasaría después? ¿Alguien te ha dicho "No lo hagas, saldrá mal" y aún así, lo has hecho? ¿Has hecho algo estúpido, lunático o desquiciado simplemente porque querías hacerlo?
Pues te hablo de eso,de la décima de segundo o incluso menos. Del instante exacto en el que te estás tirando al vacío sin saber si habrá algo abajo que te recoja o te vas a dar la hostia del siglo, y en ese increiblemente pequeño espacio de tiempo solo te preguntas "¿Por qué lo he hecho?" .No hay respuesta para esa pregunta, no hay ninguna razón para hacerlo, porque no hay lógica en el asunto, porque es un impulso que te recorre la columna como una corriente eléctrica que te hace casi morir de felicidad en estado puro, brutal, arrollador, desquiciante..y por eso, es lo más ilógico, irresponsable y estúpido que hay en el mundo. Pero, sin duda, es lo mejor que hay. Porque...si no te arriesgas a vivir..¿qué te queda?.

viernes, 11 de noviembre de 2011

Una carta bajo el felpudo.


Y ahí estabas tú, sentada en el alféizar de la ventana de un hotel cualquiera, semidesnuda y con el cigarrillo entre los dedos. Perdiendo la vista entre los pájaros y entre las uñas azules de tus pies. Inventando cielos, contando amaneceres, olvidando las veces que deseaste que alguien te arrancara una sonrisa de los ojos, ni más ni menos. Tú eres así, sólo te sientes libre en ciudades desconocidas donde puedes volver a empezar. Caminas del brazo de cualquier desconocido que te prometa una noche eterna, y te cuelgas de la luna cuando se quedan dormidos. Recorres su espalda con un dedo, o dos, y te paras a pensar cuántos lunares tenían los demás. Perdida, confusa. Buscando emociones a bajo precio. Un beso, un sueño, una escapada al mar, una carta bajo el felpudo. Pero nunca está esa carta y sigues obsesionada con los trenes nocturnos. Ahí estás, sentada apoyada en la ventanilla del tren. Alejándote de la vida que creías que tenías. Dispuesta a conquistar otra noche y a brillar como una bombilla rota. Llegas al andén y te sientas en uno de los bancos, invisible, y te dedicas a soñar como sería tu vida si fueras uno de ellos. Con horario, platos en la mesa a la hora de comer, y a la de cenar, y los niños dándote los buenos días. Eso de amanecer cada día en un lugar distinto te hace un alma errante. Y escribes, escribes todo lo que te pasa en tu viejo cuaderno y a veces lloras cuando nadie te ve, como una bombilla rota. Las escaleras siempre son el mejor refugio para las almas solitarias; como la tuya. Y ahí sigues, agarrándote las piernas esperando que algo te rescate de esa vida inventada, mientras te miras las uñas azules de los pies. Azul cielo inventado.

miércoles, 9 de noviembre de 2011

Que seas mi héroe y me rescates de la vida.


Me gusta esto. Me gusta amanecer en tu cama, con ojeras y ganas de un café enorme. Me gusta que me des besos y enredarme entre las sábanas esperando un nuevo día. Y es que yo no espero nada especial de ti, sólo un poco de amor a medianoche y una tirita para sanar heridas. Que seas mi héroe y me rescates de la vida cuando yo ya no pueda más. Y que me hagas tostadas para desayunar. Ni siquiera hace falta que me las traigas a la cama, que luego se nos llena todo de migas y es un desastre. Me vale con que me esperes en la cocina. Y luego un buen café, y que la casa se inunde de ese olor a desayuno recién hecho que tanto me gusta. Y darnos besos encima de la encimera, sin prisa, sin miedo y con ganas. Que quiero amanecer cada día en un lugar distinto, contigo. Y refugiarnos en la poesía que alumbra incluso los días más grises. Y escondernos entre música callejera o, por qué no, viajar entre las páginas de un libro. Pero no uno cualquiera, uno usado, uno de esos que pasaron por cientos de manos y huelen a historias, a vidas, a momentos fugaces que un día alguien se dejó entre las hojas. Y llegar a una cafetería y escribir cuentos en las servilletas para que alguien se los encuentre, que andamos faltos de sueños ¿no crees?  Y es que me he cansado de hablar de todos los trenes sin retorno que quise coger un día. De planear huídas. Prefiero hablar de cómo me apartas el pelo de la cara cuando me hablas entre susurros, o como recorres mi espalda con tus dedos, dibujando la playa infinita donde algún día nuestros sueños y nuestras vidas volverán a tomar sus caminos. Allí donde cielo y mar, son tierra de nadie.

sábado, 5 de noviembre de 2011

FOREVER YOUNG


Tu olor me lleva a mundos raros, nuevos, extraños. Que yo me enamoro de cualquier ciudad si es a tu lado, ya lo sabes. Y no hay peor adicción que coger carretera y manta. Y parar de vez en cuando a tomarnos un chocolate caliente en cualquier gasolinera desastrosa, acurrucarnos en tu viejo coche destartalado y besarnos como si solo existiera el ahora, y ni el ayer ni el mañana nos importaran lo más mínimo. Eso es lo que me gusta de estar contigo, ya sabes,  que vivamos en un espaciotemporal indefinido y que el mundo se pare cuando me acurruco en tus brazos. Y que la gente se muera de envidia cuando nos ve pasear juntos, de la mano, en medio de un diluvio universal sin paraguas, porque el amor nos cubre enteros. Y bailamos, y cantamos y nos caemos y qué más da. Somos jóvenes y mojarnos, caernos o emborracharnos es lo natural, ¿no? Pero eso sí, prométeme que por mucho que me caiga tu me recogerás y que por muy borracha que este tu me llevarás a casa sana y salva. Prométeme que me darás un beso en la frente cuando el miedo invada mis vértebras y no me deje respirar. Prométeme que eliminaremos la palabra "rendirse" de nuestro diccionario y que la palabra "amor" será nuestra bandera. A cambio yo te prometo mil besos en la espalda, aprenderme de memoria tus lunares y hacerte dibujos por la piel. Enseñarte a escuchar los susurros del mar y a interpretar las luces nocturnas. Te enseñaré los rincones que esconde mi alma y te cantaré en voz baja a que sabe la libertad. Vamos pequeño, que el mundo nos está esperando y quiero morir con el olor de tu colonia y los tacones puestos.

22 de octubre de 1940


Querida hija:

Soy comunista, y por eso hoy me envían al pelotón. Hoy es el día de mi muerte. Pero quiero que tú, hija mía, sepas que tu madre fue fuerte y luchó hasta al final. Que no te cuenten mentiras, no te dejes engañar por ellos. Yo jamás hice nada malo y no tengo nada de lo que arrepentirme. Te quise hasta el último momento. Nunca lo olvides, por favor, nunca olvides que tu madre te quiere y que murió por la libertad. Murió por luchar por lo que creía, por la república, por su partido. No me matan por criminal, me matan por una idea que creo justa, y por ella muero. Cuéntales a todos la verdad. Cuéntales como vivimos aquí, que sepan la realidad, que la sección de madres es la peor de todas. Es la peor porque vemos morir a nuestros hijos, les vemos morir junto a nuestras almas, que se consumen con los disparos de cada noche. Los mismos disparos que cada madrugada se colaban por las rejas de la única ventana de la sección para avisarnos de más muertes. Entonces contábamos los disparos, para saber cuántos defensores de la libertad más habían muerto. Anoche fueron 12, exactamente 12. Doce disparos mortales que volvían a manchar de sangre otra página de nuestra historia. La historia de un Madrid que resistió hasta el final. Jamás te sometas a ellos, se fuerte y resiste. Las monjas casi no me han dejado despedirme de ti, no me han dejado cantarte al oído una última vez, tampoco acariciar tu cara de pena ni darte un último beso de adiós. Pobrecita mi niña, tan pequeña y te quedas sin madre. Pobre mi niña bonita, que va a crecer sin una madre que la quiera. Pero yo sé que ahí fuera alguien te cuidará bien, losé.
Voy a morir pero no tengo miedo. No derramaré ni una lágrima, no pienso darles el gusto. No tendrán el privilegio de verme llorar por su culpa. Maldito baile de muertos, pólvora de la mañana. Y cuando tenga la pistola delante, cuando ya no haya nada que perder, gritaré con el corazón y sin miedo: ¡ARRIBA LA REPÚBLICA! 
"Si te dijera amor mío, que temo a la madrugada. Presiento que tras la noche vendrá la noche más larga, quiero que no me abandones, amor mío, al alba, al alba, al alba."

Que mi nombre, y el de todas las que morimos por algo que creemos justo, no se borren de la historia.

Te quiere, tu madre.

Lady Scarlatta


Lady Scarlatta, dueña del cabaret mas famoso de París, se acercó lentamente a Scott. Caminó hacia él despacio, como solo ella sabia, provocativa, arrebatadora, erotica. Amor en estado puro. El sudor y las ganas se sentían en cada milimetro de aire, en cada respiracion que lentamente acompasaban y coordinaban con su miocardio. Eran dos jugadores, de los que creen que la vida se vive mejor si la echas al azar. De los que viven el presente porque el futuro aun esta lejano de sus largas noches de amor y roces. 
A Scott le gustaba la forma de respirar las palabras que tenía Lady Scarlatta. Las dejaba salir de sus labios rojísimos como si las saboreara y esperara que en su aliento se mezclara esa sensación de estar viva que impregnaba cada cosa que decía. Era casi como si, aún cuando la fallaban las fuerzas, quisiera decirle que la vida podía ser absolutamente maravillosa. Y aunque no pudiera besarla, sentía su sabor en sus letras, profundo y denso, hasta lo más hondo de sus entrañas.

Los besos de Carmen


Carmen tenía la extraña sensación de no ser ella quien controlaba su cuerpo, sus movimientos, sus impulsos, y sobre todo sus besos. Esos besos de alquiler que tan fácilmente vendía al primer desconocido que intercambiara con ella secretos de medianoche, a la primera persona que soñara con aprenderse de memoria su cuerpo con la yema de los dedos y se lo dijera en un susurro; regalaba sus besos a cambio de un cigarro nocturno o un tequila en el bar de la esquina. Carmen tenía una vida fácil, una vida sin sentimientos, sin prisas, sin amor pero llena de jadeos y orgasmos de madrugada. Y, aunque la gente pensara que esa era una vida muy triste, a ella no la iba tan mal. No lloraba por discutir con su novio, ni tenía que pensar en  planes para dos. Ella era libre y le gustaba serlo, y vivía feliz con su condición de pajarillo, y volaba, claro que volaba, aunque fuera en sueños. Y nadaba en su taza de leche con galletas por las mañanas. Y se ahogaba en la cerveza de las tardes. Y conseguía volver a flote en el amor de por las noches. Porque la vida de Carmen, igual que la de cualquiera, era eso, ahogarse y luchar por volver a la superficie, llorar dos días seguidos y reír tres, hacer el amor y la guerra (todo depende del día).

jueves, 3 de noviembre de 2011

Quiéreme si te atreves-


"¡Dichosa Sophie! El Juego había vuelto a empezar. Felicidad en estado puro, bruto, natural, volcánico...¡Qué gozada! Era lo mejor del mundo. Mejor que la droga, mejor que la heroína, mejor que el costo, coca, crack, chutes, porros, hachís, rayas, petas, hierba, marihuana, cannabis,canutos, anfetas, tripis, ácidos, LSD, éxtasis. Mejor que el sexo, que una felación, que un 69, una orgía, una paja, el sexo tántrico, el Kama Sutra, las bolas chinas... Mejor que la nocilla y los batidos de plátano, mejor que la trilogía de George Lucas, que la serie completa de los Teleñecos, que el fin del milenio. Mejor que los andares de Emma Peel, Marilyn, la Pitufina, que Lara Croft, Naomi Campbell y que el lunar de Cindy Crawford. Mejor que la cara B de "Abbey Road" , que los solos de Hendrix, mejor que el pequeño paso de Neil Amstrong sobre la luna, el Space Mountain, Papá Noel, la fortuna de Bill Gates, los trances del Dalai Lama, las experiencias cercanas a la muerte, la resurrección de Lázaro, todos los chutes de testosterona de Schwarzenegger, el colágeno de los labios de Pamela Anderson. Mejor que Woodstock y las naves mas orgásmicas, mejor que los excesos del Marqués de Sade, Riambaud, Morrison y Castaneda. Mejor que la libertad. Mejor que la vida."

martes, 1 de noviembre de 2011

-noviembre


¿Cómo, cuándo, dónde? Me da igual. Me da todo absolutamente igual, con tal de que sea de verdad, ni un capricho ni una conformidad, ni tan siquiera un objetivo. Yo lo que quiero, lo unico que pido es la sinceridad, lo bruto, lo puro, lo verdadero... alejado de mierdas pasadas, de historias de contemplación, de errores no superados y sobre todo del temor. Con eso ya me basta y me sobra. Ahora piénsalo tú, que yo ya no quiero pensar más.

jueves, 20 de octubre de 2011

Ni contigo ni sin ti


"contigo porque me matas,
sin ti porque me muero."

Vivimos ahora

El ayer no ha existido, pequeña, puedes estar tranquila. Pienso quedarme aquí contigo para siempre, y si no puedo borrar tus malos recuerdos, inventaré otros tan bonitos, que harán pequeños al resto. No quiero mirar otros ojos, ni abrazar a nada que no seas tú cuando me despierto, ni aspiro a subir a besos por unas piernas que no sean las tuyas. Porque te quiero, aquí, ahora, y en cada momento del resto de mi vida. Para toda mi existencia.

Querido conformismo, a mi, no me haces falta.


Quejas sin iniciativa, esperando sentados a que alguien solucione aquello a lo que nos atrevemos a llamar problemas, porque de mi grifo sale agua, y creo que del tuyo también.

hola?


¿Donde estás? Eras tú la única que se suponía que estaba ahí siempre y para todo. Pero yo no te veo, ya no te oigo, ni nos oigo. Esa persona tan especial en mi vida se suponía que eras tú. Alomejor soy yo, que estaré paranoica últimamente.

domingo, 16 de octubre de 2011

otros mundos, otras edades


-¿Recuerdas lo que hacías casi todas las noches cuando eras pequeña, bueno, hasta que te caías de sueño?
-Leía bajo las mantas con una linterna
-¿Nunca te preguntaste si tu linterna era mágica?
-No
-¿Se apagó una sola vez durante todos esos años?
-No
-Y, sin embargo, nunca le cambiaste las pilas...Julia mía,¿qué sabes del amor,tú, que sólo has amado siempre a quienes te devolvían una imagen hermosa de ti misma?

Sobre todo a tí.



—Bueno, adiós. Has sido muy gentil conmigo. Ahora voy a tomar un buen baño caliente.
—Ah... me olvidaba decirte que...
—Dilo.
—... Que tengo unas ganas de hacerte el amor que no te puedes ni imaginar. Pero esto no se lo diré a nadie. Sobre todo a tí. Deberían torturarme para obligarme a decirlo.
—¿A decir qué?
—Que quiero hacer el amor contigo. No una vez solo, sino cientos de veces. Pero a tí no te lo diré nunca. Solo si me volviera loco te diría que haría el amor contigo, aquí, delante de tu casa, toda la vida.

miércoles, 12 de octubre de 2011

yo ya no sé


Puedo convencerte por las buenas. Sonreírte por las malas. Esquivar tus preguntas haciendo eses. Entre tus interrogantes.
Podría podrías. Pero contigo no puedo. No, si me miras a los ojos. Eres la única capaz de desarmarme. Y nunca es bueno quedarse sin balas. Creo

Dejarse llevar

Alguien que cuando me ponga borracha me lleve a casa en brazos, que me rompa las medias con la boca y luego me compre otras. Que me haga el amor contra la pared y luego se meta conmigo en la bañera. Que saque la espada y me defienda de víboras, pirañas y putas. Alguien que cosa disfraces a mis días malos y los convierta en buenos. Que no se enfade si no me entiende, ni me entiendo y lo mareo. Que me saque la lengua cuando me ponga tonta y me haga enmudecer. Que no dé por hecho que siempre voy a estar ahí, pero que tampoco lo dude. Que no me haga sufrir porque sí pero que no me venda amor eterno manoseado...
Alguien que no pueda pasear conmigo por la calle sin cogerme de la mano. Que no me compre con regalos pero que tenga mil detalles de papel. Que no le guste verme llorar y me haga reír hasta cuando no tengo ganas. Que de vez en cuando decida perseguirme por los bares y conocerme otra vez. Que me mire, lo mire y me tiemblen las piernas sin remedio!
Alguien que esté loco por mí, y no se olvide de decírmelo los días de resaca. Que si se pone animal, sea sólo en la cama, y me mate a besos por la mañana. Que no se acostumbre a mí y deje de inventar nombres nuevos para despertarme. Que si mira a otra, luego me guiñé el ojo y se ría de mis celos de hojalata. Alguien que me cosa a te quieros los labios, mientras yo araño su espalda para que sepa que sigo aquí, y que nunca me fui...

y sobre todo que no tenga que perderme para darse cuenta de que me ha encontrado.

lunes, 3 de octubre de 2011

Spanishrevolution




MADRID REBELDE, MADRID BONITA, MADRID SIN MIEDO.

En el abismo, indentifico el brillo

porque el infinito se me esconde en el bolsillo

Farolas capturan cada segundo

En los malos momentos resaltan los colores


Tengo una gran historia que no esta terminada, tengo dias de gloria, como tambien tengo bajadas, tengo victorias, derrotas, batallas libradas, tengo...tengo nada..

domingo, 2 de octubre de 2011

Sonríe


- ¿Cómo consigues sacar siempre una sonrisa?
- Olvido ciertos momentos. Retrocedo y le busco el lado opuesto a las cosas malas. El lado optimista. La manera de creer que las cosas van a salir bien.
- Ya... Es fácil decirlo, ¿pero cómo lo haces?
- Pienso en lo que me gustaría y quiero tener, a lo que voy a aspirar. Estiro los músculos de la boca, enseño bien los dientes, y listo.
- Eres increíble...
- ¡Qué dices! Sonrisas las tiene cualquiera, consiste en proponérselo y querer enseñársela al resto del mundo.

Pero no temas, no pares, no te rindas.


A veces suceden cosas en la vida, cosas inesperadas, bonitas pero temibles por lo buenas que pueden ser. Sientes miedo, miedo a equivocarte, a tomar la decisión incorrecta, a enamorarte demasiado del momento que estas viviendo.
Pero no temas, no pares, no te rindas, porque la vida esta para vivirla cada momento, así que disfruta del presente y no le temas al futuro. Un futuro que debe de estar cargado de experiencias, y no importa si el resultado es bueno o malo, sino lo que aprendes de ellas cuando acaban, los recuerdos que te dejan y los buenos momentos que has pasado viviéndolas.
Y eso es lo verdaderamente importante, ya que no hay día más perdido que aquél en el que no hemos reído. Recuerda que es de héroes sonreír cuando el corazón llora. Y lo que debes saber es que si luchas puedes perder, pero si no luchas ya estas perdido.

El hambre


sábado, 1 de octubre de 2011

tostadas con mantequilla y mermelada de arándanos


Perdona, amor mío, si decido dejar que cojas tú este taxi y quedarme yo aquí rompiendo ventanas (otra vez). Siempre lo supiste: yo soy esa clase de chicas que desayuna tostadas con mantequilla y mermelada de arándanos, que se va al aeropuerto sólo para imaginar cuál será el próximo avión que pierda, que hace ciertas cosas aunque no merezcan la pena, que olvida las llaves (las internas) en cualquier rincón de la ciudad, que nunca ha querido ser Amelié, que ha vivido con la locura de los diecimuchos o veintipocos cada segundo que ha podido, que termina por comprender que el amor sólo es una cuestión de morir o matar. Lo has intentado, y aquí sigo respirando a duras penas (sin pies ni cabeza, pero siempre hacia delante), pero sin dejar de notar como el aire entra y sale de mi organismo. Porque ya no te quiero, ya no me dueles. Nunca una despedida resultó ser tan dulce. Casi tanto como las tostadas con mantequilla y mermelada de arándanos.

lunes, 12 de septiembre de 2011

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"¿Me has cambiado por el tequila? No te lo recomiendo: No llama, no escribe y al despertar es horroroso."

El puede ser...


Dejemos huella para aquellos que vengan, para que tracen una línea nueva y nuestro punto y final se convierta en un punto y seguido, para que cada vez que abramos el álbum de nuestra memoria nos sintamos orgullosos de lo que hemos hecho. Para poder decir algún día, que sentimos nostalgia por cada una de las sonrisas que hemos exprimido a lo largo de la vida. Porque lo importante no es el pudo haber sido y nunca fue, sino el puede ser, y seguro que así será.

En realidad, soy transparente...



Descubrirías que me gustan los pequeños detalles...
Pasa el dedo por mis uñas, así quizás entiendas que soy frágil y me consumen los nervios, o simplemente cierra los ojos, pon las manos en mis mejillas y sabrás si la vergüenza ha desaparecido. Acércate a mi cuello y él te hablará de mis sensaciones, cógete a mis alas y descubrirás de qué están hechos mis sueños. Pero si quieres, olvídate de todo lo demás, y sólo mírame a los ojos.

Es más.



Tengo una tía que cuando te sirve cualquier cosa te dice "dime cuanto"; mi tía decía dime cuanto... y nosotros no lo decíamos. No decíamos cuanto por que siempre existe la posibilidad de que haya más, más tequila más amor... más de lo que sea... más es mejor.
Hay mucho que decir sobre el vaso medio lleno, sobre saber decir cuanto, creo que es una línea borrosa, un barómetro de necesidad y deseo; depende por completo del individuo y depende de lo que te estén sirviendo. A veces solo queremos probarlo, otras veces no hay suficiente... el vaso no tiene fondo y lo único que queremos es más.

Hasta luego, buenos días


A veces la realidad entra a escondidas y nos muerde el culo. Otras veces entra y nos pilla en ropa interior.
De cualquier manera nos toca asumirla. Afrontar cosas que ya sabiamos, pero que queriamos ver de manera distinta, creyendo así que cambiarian. Pero no. Entonces es cuando nos ponemos a andar, esuchando música y sin que nos importe nada. Sólo nosotros, una cancion y lo que te come la cabeza. Nos vemos estúpidos por haber echado de menos algo o alguien, por haber dado vueltas a idioteces sin sentido,por hacernos ilusiones, por cerrar los ojos ante algo obvio, y por intentar disculparlo a la vez.; por pensar "ojos que no ven, corazón que no siente", mentira, sentimos de todas maneras.
Es en ese momento cuando nos damos cuenta de que somos débiles. Porque caemos ante cualquier tentación que nos llame un poco la atención, y luego nos encaprichamos como niños de un chupa chups. Somos personas, y por ello no somos perfectos. Nos equivocamos y nos autoengañamos. Nos cansamos, tenemos miedo, y nos lo negamos pero, eso no cambia la realidad.
Y al final te das cuenta. Lo mejor es seguir andando, y pensar que ya lo sabias, y que no puedes hacer nada, asique no te merece la pena darle mas vueltas, porque no va a cambiar nada. Sique adelante y el tiempo dirá, que tenga lo que tenga que pasar, y si no, despídete armándote de valor y con una sonrisa, diciendo " Hasta luego, buenos días".

Eternamente jóvenes


En la vida llega un momento en el que te conviertes en adulto. Tienes edad para votar, para beber...y para otras cosas de adultos. De pronto esperan que seas responsable: “Sé adulto”. Crecemos. Nos hacemos mayores. ¿Pero alguna vez somos adultos del todo?
En ciertos aspectos crecemos. Creamos una familia. Nos casamos. Nos divorciamos. En general seguimos con los mismos problemas que cuando teníamos 15 años...POR MUCHO QUE CREZCAMOS Y NOS HAGAMOS MAYORES, SEGUIMOS TROPEZANDO. SIEMPRE DUDANDO. ETERNAMENTE JOVENES...

Porque soy así.



Con el tiempo aprendes que caminar no es andar, que escuchar no es oír y que mirar no siempre es ver…
Uno empieza a aprender que los besos no son contratos y los regalos no son promesas...
Y empieza a aceptar sus derrotas con la cabeza alta y los ojos abiertos. Aprende que realmente puede aguantar, que tiene que ser realmente fuerte...Con el tiempo comprendes que forzar las cosas a que pasen ocasionará que al final no sean como esperabas. Con el tiempo te das cuenta de que en realidad lo mejor no era el futuro, sino el momento que estabas viviendo justo en ese instante...
Con el tiempo aprenderás que intentar perdonar o pedir perdón, decir que quieres, que extrañas, decir que necesitas… No tiene sentido si dejas pasar el tiempo, si no lo haces en el momento en el que de verdad sientes que debes hacerlo...

Es que...


- Es que me miras de una manera, que se que no me he ganado
- Pues entonces gánatela.

Radiantes de felicidad


Se suele creer que el pensamiento positivo ayuda a llevar una vida más feliz. De pequeños nos decían que sonriéramos y que pusiéramos cara de estar contentos, de mayores nos dicen que miremos el lado positivo, que no hay mal que por bien no venga y que el vaso está medio lleno. A veces la realidad se impone y te impide comportarte como si fueras feliz.
Si le preguntas a la gente qué quiere en la vida, la respuesta es sencilla: ser felices.
Pero quizá sea esa expectativa, querer ser felices, lo que nos impide llegar a serlo. Quizá cuanto más intentemos obligarnos a ser felices, más confundidos estemos, hasta que ni nos reconocemos. En vez de eso seguimos sonriendo, e intentamos ser esas personas felices que quisiéramos ser, hasta que nos damos cuenta de, que lo hemos tenido siempre delante. Ni en nuestros sueños, ni en nuestras esperanzas, sino en lo que nos hace sentir cómodos, en lo que conocemos.

domingo, 11 de septiembre de 2011

El principio de toda una vida


Sigue sin rumbo todo recto y cuando llegues al abismo de tus recuerdos gira a la derecha justo enfrente del tunel de los sueños rotos,continúa por la calle de la nostalgia hasta llegar a la plaza de los miedos , coge la rotonda de las causas perdidas y sigue las señales hacia el museo de las sonrisas fingidas 100 m más adelante encontrarás el paseo del rencor acompañado por los bares de las vidas vacías , coge la carretera hacia la locura y no te pares en sus multiples gasolineras de sensatez , llegarás al final de los caminos dificiles o lo que es lo mismo al principio de toda una vida feliz.

Frenas y cuando frenas piensas...


Lo que nos pasa a casi todos es que nos pasamos la vida como locos, pensando en el futuro, con una meta entre ceja y ceja, corriendo hacia ella, sin detenernos ni un segundo a pensar, a mirar, a escuchar, ni si quiera a respirar y no nos damos cuenta de que la vida, nuestra vida, esta pasando mientras que pensamos en que será de nosotros mañana, mientras que corremos y vivimos el presente como cuando vas montado en un coche a 180 kilómetros por hora de noche y miras por la ventanilla y apenas eres capaz de distinguir los árboles, coches o luces a siete u ocho metros de ti, ni mucho menos sus colores o formas. Eso mismo nos pasa con las personas vivimos tan deprisa, que no nos paramos a ver como son... Pero de vez en cuando, frenas y cuando frenas piensas, escuchas, miras, y puede que te encuentres con algo que te hace feliz, que ha estado hay desde hace mucho tiempo, pero como ibas tan rápido no lo habías visto de la forma en la que lo ves ahora.