y no te preocupes por el futuro, pues aún no ha llegado...
Vive el presente y hazlo tan bonito que merezca la pena recordarlo.
Sí, puede que tal vez me haya cansado. Quizás me haya cansado de desilusiones, quizás de soñar despierta o quizás de mirar el móvil cinco veces cada vez que me despierto en mitas de la noche. Y quizás también me haya cansado de esconder mis sentimientos, de fingir que todo da igual, de hacer como que no te he visto cuando al mismo tiempo me vuelan mil mariposas en el estómago. Y también de ver películas de amor con final feliz, y de preguntarme por qué yo todavía no he tenido ningún final así. Cansada de dar pasos equivocados, de odiarme a mí misma por no ser capaz de odiarte a ti, cansada de tumbarme en la cama en plena tarde de domingo mientras ahí fuera pasa la vida como si nada. Cansada de tantas cosas, que ya no recuerdo por qué cogí ese camino, por qué me ilusioné tantas veces como una cría, por qué no fui capaz de decirte aquel día que me pasaría la vida sentada a tu lado solo para oírte respirar. Y ahora que todo a pasado, todavía me pregunto por qué después de este tiempo no he sido capaz de cansarme de ti...Pero ya me he cansado de estar esperando, ya no hay hueco en mi corazón para ti. Y aunque me cueste reconocerlo me he dado cuenta de que tengo miedo, si, tengo miedo de volver a enamorarme y que me pase lo mismo que me paso contigo, de que me destrocen el corazón. Pero tengo que pasar página y lo voy a hacer no por ti, sino por mí...
Pero no hay alegría. No hay estremecimiento. No hay nada. Silencio. Miedo. Oscuridad. Y me hecho a llorar con rabia. Lloro porque no siento todo lo que me gustaría sentir.
Hay momentos en la vida en que una sola decisión en un sólo instante cambia irremediablemente el curso de las cosas, cuando decides disparar a alguien, cuando decides quererlo o no quererlo, cuando decides tirar para adelante, cuando decides mentir, traicionar, ocultar o cruzar la línea, esa décima de segundo, puede hacer girar todo al lado oscuro o inundarlo de luz, podra hacer de tí un héroe o un criminal, podrá llevarte al cielo o al infierno, pero siempre será un lugar desde el cual NO PODRÁS VOLVER ATRÁS.
Y yo, no se si agradecerte o culparte por todo esto. Porque ni siquiera te puedes hacer una idea de lo que realmente pasa...a veces, solo a veces cogería el teléfono, y llamaría, y lloraría y te contaría un millón de cosas que me has hecho aun sin saberlo, y es que eres la persona culpable que hace que tome decisiones, decisiones que hacen cambiar mi vida bruscamente. Es una angustia constante, un arrepentimiento permanente, un dolor insuperable y si te soy sincera, eres la escusa de mi comportamiento. Y es increíble ver como poco a poco hisciste que tirara toda una vida y callera...pero peor es ver como cada vez cuesta más levantarse.
Es probable que los problemas más serios que surjan en tu vida sean cosas que ni se te pasaban por la cabeza, de estos que te sorprenden un martes a las cuatro de la tarde. Todos los días haz algo que te de miedo. Canta. No juegues con los corazones de los demás. No dejes que lo hagan con el tuyo. Relájate. Unas veces se gana y otras se pierde. La carrera es larga, y al final solo compites contra ti mismo. Conserva las cartas de amor y tira los recibos del banco. Estírate. Baila, aunque tengas que hacerlo en el salón de tu casa. Lee las instrucciones, aunque no las sigas. Viaja. Limpia el pasado, borra las partes oscuras y recíclalo...dándole más valor del que tiene y sobretodo dale un sentido a tu vida...
Te odio. Odio que me hagas sonreír todo el tiempo, o que conviertas cada segundo en único, odio que me mires como si quisieras besarme, que me dejes con esa cara de idiota cuando haces algo inesperado, odio cuando me haces rabiar hasta ponerme de los nervios y te doy la espalda y también odio la reconciliación después. Odio tus celos y que contra mi voluntad me beses aprovechando tu fuerza que deja en evidencia mis intentos de enfado.
La vida es una búsqueda, en la cual la felicidad viene dada por las pistas que te llevan a encontrar aquello que quieres. Pero se quedan en eso, pistas. Y cuanto más cerca te llevan más grande es la decepción cuando aquello que casi podías tocar se esfuma. Claro que toda búsqueda conlleva un riesgo, porque nunca sabrás que puedes encontrarte en el camino, y es ahí cuando hay que decidir si ese riesgo merece la pena.
Puedes tener lo que quieras si sacrificas todo lo demás. Lo que quiero decir es que todo tiene un precio, así que antes de luchar, más vale que pienses cuanto quieres perder. Los sacrificios más difíciles son aquellos que no vemos venir. Cuando no tenemos tiempo de pensar una estrategia, de apartarnos o de calcular las bajas, cuando eso pasa, cuando la batalla nos escoge a nosotros y no al contrario, el sacrificio puede llegar a ser mayor de lo que podemos soportar.
Las fotos suelen mostrar fotos sonrientes. Nacimientos, bodas, vacaciones, fiestas de cumpleaños. La gente hace fotos de los momentos felices de su vida. Cualquiera que mirara nuestro álbum de fotos, concluiría que hemos tenido una existencia dichosa y de ocio, libre de tragedias. Nadie hace nunca fotografías de lo que quiere olvidar.
Pero en algún punto cambiaste, dejaste de ser tú. Dejaste que la gente se metiera contigo y te dijera que no eres bueno, y cuando las cosas se pusieron difíciles empezaste a buscar a alguien a quien culpar. Déjame decirte algo que ya sabes: El mundo no es sólo felicidad y arcoíris, es un lugar bastante duro y difícil y no le importa lo rudo que puedas ser, te golpeará hasta dejarte en el suelo y te mantendrá ahí si tu se lo permites. Ni tú, ni yo, ni nadie, golpeará tan fuerte como la vida, pero no se trata de golpear fuerte, se trata de que seas tan fuerte como te golpean y sigas adelante. ¿Cuánto puedes aguantar y seguir adelante? De eso se trata triunfar, porque si estás dispuesto a pasar por todo el trabajo por el que tienes que pasar para llegar al lugar donde quieres estar. ¿Quién tiene derecho a detenerte? ¿Quién?...Nadie. Tienes tú el derecho de hacerle caso a tus agallas, no hay nadie que te pueda decir que no cuando te ganas el derecho de estar donde quieres estar y hacer lo que quieras hacer. Así que si sabes lo que quieres ve a por ello, pero tienes que estar dispuesto a recibir todos los golpes y no señalar y decir que no estás donde quieres estar por tu culpa, de él o de quien sea, los cobardes hacen eso, y tú no eres uno, tú eres mejor que eso. Nuestro más profundo miedo no es que no seamos suficiente, nuestro mas profundo miedo es que somos inmensamente poderosos....
Alguien dijo alguna vez: "Vive cada minuto como si fuera el último". Si todos recordáramos esa frase a diario aprenderíamos a vivir la vida intensamente. Aprenderíamos a no posponer las emociones más bonitas de la vida pensando que, si no es hoy será mañana. Tu tiempo es ahora, el futuro es incierto. Vive cada minuto intensamente. La vida es Hoy. Deja que le reloj de tu vida marque cada minuto al compás de los latidos de tu corazón.
A veces, y sólo aveces, cuando hemos sufrido demasiado en la vida creamos un escudo que creemos que es la solución al dolor sufrido. Algunas personas no lo entienden, no entienden que de un día para otro no puedes confiar en ellas como ellos confían en otros. Y creen que jugamos con ellos, precisamente de tal amor que llegamos a tenerles, nos protegemos y los protegemos para evitar tropezar de nuevo. Pero a veces, y sólo a veces, hacemos más daño de esa manera y estropeamos lo que en un principio queríamos conservar. Rompemos el PARA SIEMPRE y nos estancamos en el camino de NUNCA.
Siente una amarga certeza: creces, experimentas, aprendes, crees saber como funcionan las cosas, estás convencido de haber encontrado la clave que te permitirá entender y enfrentarte a todo. Pero después, cuando menos te lo esperas, cuando el equilibrio parece perfecto, cuando crees haber dado con todas las respuestas o, al menos, la mayor parte de ellas, surge una nueva adivinanza. Y no sabes que responder. Te pilla por sorpresa. Lo único que ocnsigues entender es que el amor no te pertenece, que es ese momento mágico en que dos personas deciden a la vez vivir, saborear a fondo las cosas, soñando, sintiéndose ligeras y únicas. Sin posibilidad de razonar demasiado. Hasta que ambas los deseen. Hasta que una de las dos se marche. Y no habrá manera, hechos o palabras que puedan entrar en razón al otro. Porque el amor no responde a razones...
Después de un tiempo aprenderás que amar no significa apoyarse, y que ocmañía no siempre significa seguridad. Comenzarás a aprender que los besos no son contratos, ni regalos, ni promesas. Comenzarás a aceptar tus derrotas con la cabeza erguida y la mirada al frente, con la gracia de una dulto y no con la tristeza de un niño. Aceptarás que incluso las personas buenas podrían herirte alguna vez y necesitarás perdonarlas. Aprenderás que hablar puede aliviar los dolores del alma...Descubrirás que lleva años construir confinza y apenas unos segundos destruirla, y que tú también podrás hacer cosas de las que te arrepentirás el resto de tu vida. Aprenderás que las verdaderas amistades continuan creciendo a pesar de las distancias. Y que no importa qué es lo que tienes, sino a quien tienes en la vida. Que los buenos amigos son la familia que nos permitimos elegir. Te darás cuenta de que puedes pasar buenos momentos con tu mejor amigo haciendo cualquier cosa o nada, sólo por el placer de disfrutar de su compañía...Descubrirás que muchas veces te tomas a la ligera a las personas que más te importan. Aprenderás que no importa donde llegaste, sino a donde te diriges y si no lo sabes, cualquier lugar sirve. Aprenderás que si no controlas tus actos, ellos te controlan a tí y que ser flexible ser débil o no tener personalidad, porque no importa cuan delicada y frágil sea una situación: siempre existen dos lados. Aprenderás que la paciencia requiere mucha práctica. Descubrirás que muchas veces, la persona que esperas que te patee cuando te caes, tal vez sea una de las pocas que te ayuden a levantarte. Madurar tiene más que ver con lo que has aprendido de las experiencias, que con los años vividos. Aprenderás que hay mucho más de tus padres en ti de lo que supones. Aprenderás que nunca se debe decir a un niño que sus sueños son tonterías. Aprenderás que cuando sientes rabia, tienes derecho a tenerla, pero eso no te da el derecho de ser cruel. Descubrirás que sólo porque alguien no te ama de la forma que quieres, no significa que no te ame con todo lo que puede, porque hay personas que nos aman, pero que no saben como demostrarlo. No siempre es suficiente ser perdonado por alguien, algunas veces tendrás que aprender a perdonarte a ti mismo...Aprenderás que con la misma severidad con que juzgas, también serás juzgado y en algun momento condenado. Aprenderás que no importa en cuantos pedazos tu corazón se partió, el mundo no se detiene para que lo arregles. Entonces y sólo entonces, sabrás realmente lo que puedes soportar; que eres fuerte y que podrás ir mucho más lejos de lo que pensabas cuando creías que no se podía más. Y esque realmente la vida vale cuando tienes el valor de luchar contra ella...
- Tu en mi lugar no puedes ponerte nunca, como tú dices: es la regla.
En realidad intenté escribirle. Era navidad. Lo recuerdo como si fuera ayer. Las hojas de papel reducidas a bolas debajo de la mesa, intentos desesperados por encontrar las palabras adecuadas. Adecuadas para una desesperada. Yo, yo que corría jadeando en la inútil carrera, en la imposibilidad de reconquistar un amor que se va, que ya se ha ido. Y después volver a verlo, a él, con otra, y no encontrar ni siquiera la palabra más sencilla. Qué se yo...Hola. Hola, cómo estás. Hola, hace frío. Hola, es navidad. Hola, feliz navidad. O peor aun...Hola, pero cómo...O bien, hola ¿no te lo he dicho nunca...? Hola, te quiero.