viernes, 12 de agosto de 2011

Rumbo a...


-¡Vamos, nos esperan ahí fuera!. No es una limusina, no es el príncipe Ken, tampoco hay una alfombra roja con fotógrafos a los lados esperándonos. Te aseguro que el lugar al que vamos no es una megafiesta vip en una playa privada de Miami, ni un evento envidiable por medio mundo. Pero para mi es más que todo eso. Y ahora que te he llenado de curiosidad e impaciencia es hora de salir y...¿Sorprendido?
-Pero si no hay nada nuevo, está todo igual...
-Exacto, podría alquilar una limusina para nosotros dos pero prefiero despeinarme en tu vieja vespa mientras te rodeo con mis brazos sintiéndome así más segura que en el mejor coche con el mejor chofer del mundo.
- Wow! Creo que iré sacando la moto del garaje..
-Espera, ¿no tienes curiosidad por saber quien es mi príncipe Ken, o a dónde te quiero llevar?
- Sorpréndeme, siempre lo haces, desde que te conocí no ha habido día que no me sorprendas.
- No hay príncipe, no lo necesito. Yo me quedo con mi "vaqueros desgastados", con mi "llevo barba de tres días", con mi "soy una marmota capaz de dormir 15 horas seguidas", con mi...contigo.
- Creo que ya no quiero salir por ahí contigo. Me da miedo perderte, me parece que te ataré a mi para siempre y no dejare que nada ni nadie nos separe, te lo prometo.
-Prometer es fácil, lo difícil es cumplirlo... De momento me conformo con que me acompañes esta noche, el lugar es un secreto...